Cuida la piel de tu bebé con cosmética ecológica segura y eficaz
Ya hemos oído muchas veces que ‘la piel es el órgano más grande del cuerpo’, y que hay que atender correctamente a sus necesidades. Es por ello el principal contacto con el mundo exterior, especialmente en el caso de un bebé, cuyos otros sentidos aún están algo aletargados tras el nacimiento y cuya piel presenta grandes diferencias respecto a la del adulto: es más fina, más seca y más propensa a sufrir alergias e irritaciones. Además, sufre continuos cambios en su apariencia y textura, descamándose muy fácilmente.
La piel es una vía de comunicación y aprendizaje
La piel de un bebé cumple un gran papel como vía de comunicación con el exterior, a través del sentido del tacto. Lo que percibe a través de la piel es todo su mundo, su principal vía de aprendizaje junto al sentido del oído y el olfato.
A través de lo que toca va percibiendo el entorno, va conociendo a las personas y a sí mismo, y por ello es una de sus principales fuentes de estímulo. Si la piel está bien, el niño estará bien, pero si sufre daño, sequedad o escozor, el niño estará inquieto ya no solo por la molestia, sino por esa interferencia en su relación con el mundo.
Barrera de protección y defensa
La piel ejerce también una importante función de barrera de protección frente a agentes externos, como el clima, el ambiente, los roces, las bacterias… Si la piel de un adulto puede presentar cierta sensibilidad a estos factores, la piel del bebé es mucho más vulnerable debido a su sistema inmunológico inmaduro, que es todavía incapaz de defenderse.
La barrera cutánea termina de desarrollarse, aproximadamente, a los tres años. Mientras tanto, su sensibilidad es extrema, es menos resistente a las agresiones ambientales y mucho más frágil. Además, su función termorreguladora tampoco está completamente desarrollada, es decir, la capacidad de absorción y pérdida de agua es mayor. Al no conseguir una correcta retención de la humedad, la piel se deshidrata fácilmente.
¿Por qué su piel es tan delicada?
Esta debilidad o inmadurez de la barrera cutánea es la causa de las irritaciones constantes que sufren los bebés.
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La piel de los bebés es hasta diez veces más fina que la de los adultos, es más permeable, por lo que las sustancias irritantes y otros factores agresivos pueden atravesarla con más facilidad.
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Durante los primeros meses de vida, el pH de su piel es más elevado que el de la piel del adulto, por lo que es primordial tratarla con productos específicos y suaves, a ser posible ecológicos.
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Su cuerpo acaba de salir al exterior desde el interior acuoso del útero materno, por lo que su piel es muy vulnerable ante la luz solar o al roce de los tejidos.
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El propio sudor resulta irritante para ellos. Sus glándulas sudoríparas no funcionan correctamente, como mencionamos antes, por lo que pueden aparecer erupciones cutáneas llamadas sudaminas cuando sufren exceso de calor.
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Los vasos sanguíneos del bebé también son más inmaduros, por lo que su piel presenta mayor reactividad vascular: se enrojece, palidece o se inflama más fácilmente.
Consejos básicos para cuidar su piel
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Procurar un ambiente tibio en el momento del baño. Usar agua no demasiado caliente, y calentar previamente el cuarto para no sufrir grandes contrastes de temperatura.
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Utilizar productos específicos para su cuidado, suaves y a ser posible ecológicos para asegurar la inexistencia de sustancias químicas potencialmente irritantes.
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Secar siempre su piel a suaves toques.
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Asegurar que los pliegues de la piel queden bien secos, especialmente los de las nalgas, para evitar irritaciones e infecciones.
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Usar tejidos naturales y de calidad tanto en sus prendas de vestir como en la ropa de cama y de baño.
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Asegurar una correcta hidratación diaria de su piel.
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Procurar, en general, que el niño no pase mucho calor. El sudor le puede irritar la piel y pueden aparecer las sudaminas (erupciones en la piel).
Cuidado BIO con MATARRANIA
La delicada piel del bebé merece un cuidado respetuoso y consciente con productos lo más naturales posible. Los productos de la gama Mamá y bebé 100% BIO de MATARRANIA garantiza su idoneidad para su cuidado diario, estando totalmente libre de químicos sintéticos y de cualquier elemento potencialmente irritante.
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El Aceite hidratante suave 100% BIO es perfecto para aplicar cada día tras el baño o antes de dormir, mediante un suave masaje. Su formulación incluye aceites vegetales de oliva, girasol y almendras, muy ricos en ácidos grasos y vitaminas, que ayudan a mantener el nivel de hidratación óptimo para la piel. También contiene aceite esencial de naranja, un aceite suave y seguro para la piel sensible que por su aroma cítrico y fresco resulta muy reconfortante y relajante. Además, es un aceite fabuloso para utilizar durante toda la niñez, ya sean recién nacidos o niños de 10 años, e incluso para compartir en familia.
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El bálsamo de pañal Culito sano 100% BIO protege la piel del bebé nutriéndola en profundidad y creando una película protectora no oclusiva que mantiene esa hidratación por más tiempo, dejando que la piel respire y se regenere. La composición del bálsamo incluye ingredientes altamente emolientes que calman y suavizan la piel irritada, como los aceites vegetales de oliva, girasol, almendras y sésamo. Además, los extractos silvestres ecológicos de caléndula e hipérico son dos elementos fundamentales para el cuidado de la piel sensible o irritada. Y, aunque su nombre sea muy específico, es realmente un bálsamo multiusos, dado que se puede utilizar en cualquier zona de la piel que presente lesiones, y también a cualquier edad. Es el producto imprescindible en cualquier neceser o botiquín familiar.