Cultivo ecológico de caléndula, trabajos en el campo

Estamos ya en primavera y tras un bondadoso invierno el campo empieza a despertar.

Nuestro campo de caléndulas nos pedía a gritos una repasadita con el tractor, así que David ha pasado la grada y esperaremos que las semillas producidas en la anterior floración germinen y den nuevas plantas y nuevas flores.
El cultivo ecológico de la caléndula es muy agradecido, es una planta robusta, que se adapta bien a los extremos climáticos y que es muy productiva. Sólo necesita de tierra rica y bien aireada y cada planta de caléndula nos regalará con más de una veintena de flores, además de semillas que en pocos meses volverán a germinar.
Pero como todo, el cultivo necesita una regeneración, y tras cuatro años de autosiembra, hemos decidido airear el suelo. Véis que quedan pocas plantas de caléndula y hay mucha hierba verde!

Como telón de fondo la cabaña de madera que hicimos el año pasado para que las maceraciones de las plantas con el aceite de oliva se impregnen de toda la energia campestre, del sol y de la luna, y más al fondo todavía, el Mas de Prades, donde nació MATARRANIA y creció durante cinco años, antes de que nacieran mis hijos y trasladara el laboratorio al pueblo.