“Cómo la grasa combate la grasa”...
Buena parte de las consultas que llegan a MATARRANIA en relación con las hidratantes tienen que ver con la grasa.
Sé que esto ha sonado regular, pero es así. Quienes tienen la piel mixta o grasa temen engrasarla más usando hidratantes a base de aceite de oliva como las de MATARRANIA, y no es de extrañar teniendo en cuenta el discurso de las marcas de cosmética “convencional” respecto a la grasa.
En productos destinados a ese tipo de pieles, es frecuente encontrarse con la mención “libre de aceites”, como si retirar el aceite de las cremas fuera la panacea.
Y es que durante muchos años, los aceites han sido diabolizados, acusados de causar obstrucción de poros o provocar brillos. ¿Por qué? ¡Porque lo hacían! Estamos hablando de la época en la que proliferaron los aceites minerales, provenientes de petróleo más o menos refinado. Y esos aceites SÍ que son oclusivos: taponan el poro, impermeabilizando la piel e impidiendo la eliminación del sebo que se produce de forma natural. Y todavía son los que utilizan los fabricantes de cosmética química, fundamentalmente en razón de su bajísimo coste. Por eso los retiran de los productos destinados a pieles grasas.
Pero hemos de saber que la piel necesita grasa. Necesita SU grasa, y cuando siente que le falta, como por ejemplo cuando aplicamos cosméticos astringentes o cuando la impermeabilizamos con aceites minerales, impidiendo que los aceites contenidos en el cosmético le lleguen, las glándulas sebáceas pasan “sed”. Como están programadas para regular la cantidad de grasa en la piel, interpretan que deben producir más grasa, y empieza el círculo vicioso que nos lleva a consumir más cosméticos “para pieles grasas” a la vez que estamos instando nuestra piel a que produzca más y más grasa…
Esto no ocurre con los aceites vegetales, especialmente con los más afines a la piel, como los presentes en las hidratantes de MATARRANIA. A diferencia de los aceites minerales, no taponan el poro, y por lo tanto ni obstruyen el proceso de limpieza natural de la piel, ni impiden que el aceite penetre. Así, nutrida como es debido, la piel “se relaja” y las glándulas sebáceas dejan de producir grasa superflua.
¿Conclusión? Si tu piel es grasa, dale aceite. Lo puedo decir más alto pero no más claro.
Eso sí: mira bien qué aceite, que sea 100% vegetal y de primera presión en frío. Y si es 100% bio, ¡mejor que mejor!