Viaje a la historia con Farmacia Cea
En el rinconcito de tiendas hoy hacemos un viaje muy especial, turístico e histórico. Vamos a conocer una farmacia centenaria ubicada en pleno centro del Madrid turístico, en la conocida calle Preciados. Se trata de Farmacia Cea, uno de los primeros puntos de venta físicos de MATARRANIA y la primera farmacia en la que la marca estuvo presente.
Igualmente, para Farmacia Cea MATARRANIA fue la primera marca de cosmética bio que comercializaron, por lo que nos une un vínculo especial. El farmacéutico titular, Jorge Plaza, conoció la marca en una feria natural y le atrajo por la calidad, como una apuesta segura en el proceso de introducción de este tipo de cosmética en la farmacia. Hoy día los clientes acuden a buscar la marca directamente, clientes fieles tanto a nuestra cosmética como a la farmacia.
Ubicada en una zona extremadamente turística, Farmacia Cea cuenta también con su clientela habitual, personas que residen o trabajan en la zona y que, a pesar de tener varios centros a los que acudir incluso en la misma calle, prefieren el servicio de Cea por su especial atención al cliente. El equipo lo forman 12 personas que rotan para cubrir el amplio horario de servicio que ofrecen: todos los días del año, incluidos festivos y fines de semana de 9 a 23h, un horario específico para atender las necesidades de una zona que nunca duerme.
Entre los servicios que ofrece la farmacia, destaca la elaboración de fórmulas magistrales que realiza el propio equipo, así como ortopedia, homeopatía, fitoterapia, servicios de dietética, análisis capilar... También cuenta con una amplia selección de cosmética, con personal especializado para ofrecer un servicio personalizado a cada cliente, y dispone además de tienda online para los productos de parafarmacia.
Pero visitar la farmacia es participar en la historia, ya que te trasladas al pasado a través de su mobiliario, que lucha por adaptarse a las necesidades de stock actuales sin perder su esencia. Lo más llamativo es el oleo que adorna su techo, una alegoría de Marte presente en el local cuando era una armería, antes de convertirse en farmacia a principios del siglo XIX. Si te animas a visitar la farmacia, ¡no olvides mirar hacia arriba!
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