Microplásticos en los exfoliantes: un problema ambiental serio
Cada año mares y océanos reciben en sus aguas hasta 12 millones de toneladas de basura plástica que contaminan el agua y ponen en peligro la vida de sus ecosistemas. Son particularmente perjudiciales los microbeads, microplásticos, microesferas, microperlas... tienen muchos nombres y todos ellos dejan patente su minúsculo tamaño, de forma que pasan desapercibidos en nuestro día a día y solo si tomamos consciencia de su existencia podremos evitarlos y eliminar el riesgo que suponen tanto para los ecosistemas marinos como para nuestro organismo, también afectado por esta contaminación como veremos más adelante.
Los microplásticos son unas bolitas minúsculas de plástico, normalmente con un tamaño menor de 5mm, de diversos colores y prácticamente indestructibles. Están presentes en productos cosméticos como dentífricos, exfoliantes, geles de ducha o detergentes. En algunos casos suponen menos de un 1% del porcentaje en el listado de ingredientes, pero en caso de los exfoliantes puede llegar a suponer una presencia de más del 90% en la composición.
Cuando usamos un exfoliante con microplásticos en nuestro baño, sus restos se van por el desagüe y caen a la red de alcantarillado, donde los sistemas de filtración de las aguas residuales no son capaces de bloquearlos al ser partículas tan minúsculas. De esa manera llegan a ríos, lagos, mares y océanos, engrosando la enorme capa plástica que los invade. Primer problema ambiental serio.
Una vez esas partículas llegan al ecosistema marino entran fácilmente en la cadena alimenticia. Las especies más pequeñas los confunden con comida y los ingieren. Los animales marinos más grandes se comen a esas pequeñas especies, por tanto pasan a su organismo, pudiendo sufrir intoxicaciones o alteraciones hormonales. Segundo problema ambiental serio.
El tercer problema está relacionado con nuestra salud. Los humanos nos comemos esos peces que llevan en su organismo cantidad de microplásticos, por tanto pasan directamente al nuestro. ¿Realmente nos merece la pena arriesgar la salud por utilizar esos productos? Claramente no, ya que disponemos de alternativas naturales seguras para el medio ambiente y para nuestra salud, como minerales, sales o semillas.
El caso es tan serio como para que instituciones como Greenpeace o Naciones Unidas estén presionando a los gobiernos de cada país con el fin de que prohíban el uso de estas partículas. Estados Unidos fue el primero en actuar, promulgando la ley el año pasado para que se elimine el uso de microplásticos en la industria cosmética gradualmente antes de 2019. Este año han dado el paso Reino Unido, Francia y Nueva Zelanda, a los que seguro siguen otros muchos países que están estudiando su prohibición, como es el caso de la Comisión Europea.
¿Qué podemos hacer para evitarlos?
Siempre comentamos la importancia de dedicar unos minutos a leer el listado de ingredientes de los productos que compramos, el INCI. Es clave si queremos detectar la presencia de este tipo de elementos. En este caso, se trata de todos los ingredientes que en su nombre incluyan las palabras polipropileno (polypropylene) o polietileno (polyethylene), dos sustancias no biodegradables elaboradas a partir de un proceso de refinado de petróleo.
Aprendiendo a leer e interpretar los INCI descubriremos que la solución siempre está en la cosmética natural y ecológica certificada, que nos garantiza un mínimo de ingredientes naturales provenientes de agricultura ecológica y ningún ingrediente potencialmente peligroso ni para la salud ni para el medio ambiente. Ejemplo de ello es el Exfoliante de oliva 100% bio de MATARRANIA, en el que los únicos gránulos que encontrarás son el azúcar de caña y el café arábigo, elementos naturales y ecológicos certificados.
Los granos de ambos ingredientes son de tamaño grueso ya que su función es realizar una exfoliación por arrastre, al frotarlos con la piel los granos arrastran suciedad, células muertas e impurezas acumuladas. La presencia de los aceites vegetales de oliva y almendras dulces hacen que además de limpia y renovada la piel quede suave e hidratada. Por su parte, los aceites esenciales de menta y eucalipto estimulan la piel y la regeneración celular, y provocan una sensación muy refrescante.
Puedes exfoliar la piel del rostro una vez a la semana, o bien cada quince días si tu piel es sensible. Evita la zona ocular, y en su aplicación es normal que notes una sensación de frescor en los ojos provocado por los aceites esenciales de menta y eucalipto que desaparecerá pasados unos segundos.
Para uso corporal, puedes exfoliar tu piel tantas veces como quieras, ésta lo agradecerá y disfrutará del regalo de renovación y bienestar que le supone. Cuando vayas a utilizar el exfoliante debes agitar bien el envase para que se mezclen bien los aceites con los sólidos, de esa forma será más fácil aplicar la mezcla. Al ser un exfoliante natural de grano grueso se van cayendo conforme los frotas con la piel, es un proceso normal y que no resta efectividad, ya que los granos ejercen su función desde el primer arrastre sobre la piel.