Las arrugas del tabaco, ¿cómo tratarlas de forma natural?
¿Por qué surgen?, ¿Cómo prevenirlas y tratarlas con cosmética natural? Estáte atento...
Por todos son conocidos los problemas que el tabaco ocasiona a nuestro organismo, no sólo internamente como la deficiencia respiratoria, también hacia fuera, en la salud de la piel. Después de la exposición al sol, fumar es el segundo factor que más afecta al envejecimiento cutáneo. Las arrugas, entre otras consecuencias, son los efectos puramente visibles del tabaco. Abandonar este perjudicial hábito alarga nuestra esperanza de vida además de conseguir una piel más luminosa, tersa y en resumen, con un aspecto más joven.
El humo del cigarro genera radicales libres que modifican las células e impactan en los vasos sanguíneos, esto disminuye la oxigenación de la piel y reduce los nutrientes (especialmente la vitamina C) necesarios para mantener la suavidad y elasticidad de la tez. Tal y como apunta el estudio publicado en el British Medical Journal, donde aseguran además que “con sólo con un rápido examen del rostro se puede identificar a un fumador de más de 10 años”.
El riesgo de aparición de arrugas en las mujeres fumadoras es del triple respecto a quienes no consumen tabaco, y en el caso de los hombres es del doble en comparación a los no fumadores. Por encima del labio aparece el llamado “código de barras” y las líneas de expresión en la frente y el entrecejo generalmente son más acentuadas entre las fumadoras. ¿Y el cutis del fumador pasivo? También puede verse perjudicada, pero lógicamente en menor medida.
Un solo cigarrillo contiene más de 4 mil sustancias dañinas que contribuyen al envejecimiento prematuro de la epidermis de los fumadores y se hace evidente sobre todo en la cara. El rostro del fumador se caracteriza por tener una piel arrugada y con un tono gris, así como la prominencia de los huesos, principalmente en los pómulos.
Diferentes estudios confirman que fumar afecta a la piel de todo nuestro cuerpo. Así lo demuestra la investigación publicada en Archives of Dermatology. Prestigiosos investigadores certifican de nuevo que el tabaco provoca el envejecimiento prematuro de la piel. “Entre las personas estudiadas mayores de 65 años, los fumadores tenían la piel sustancialmente más arrugada que las que no”, confirman.
Consecuencias de la nicotina en nuestra piel
- Altera el colágeno y la elastina.
- Disminuye el nivel de estrógenos.
- Sequedad y atrofia cutánea.
- Facilita la aparición de vello.
- Disminuye la absorción de nutrientes, como la vitamina A y C.
- Genera problemas en la cicatrización de las heridas.
Cómo es la piel de un fumador de más de 10 años
- Arrugas marcadas provocadas por las contracciones de los labios al inhalar del cigarrillo y arrugas en los ojos por el guiño ocasionado para evitar que entre el humo en ellos.
- Manchas púrpura y tono grisáceo de la piel.
- Pigmentación amarillenta en dedos de las manos (también en dientes y cabello).
Consejos MATARRANIA
El consejo principal es dejar de fumar. A los pocos días la piel recupera visiblemente la hidratación perdida y se vuelve más tersa y luminosa. El organismo, muy inteligentemente, empieza a regenerar las células dañadas. Para potenciar esos resultados la firma de cosmética ecológica MATARRANIA, recomienda ayudarte con cosméticos naturales afines a tu tipo de piel. Una rutina sencilla basada en una correcta limpieza, hidratación y nutrición, son las claves para devolver la salud a una piel castigada por el tabaco.