Hidrolato o agua de rosas, qué es y qué beneficios tiene para la piel
De las aguas florales, quizá la más conocida sea el agua de rosas, un producto muy presente en tónicos faciales ya que atrae por sus increíbles y múltiples cualidades: es fresco, natural, descongestionante, calmante… Pero ¡ojo! Como siempre, recomendamos analizar bien la etiqueta de cada producto porque no siempre es agua de rosas todo lo que así se nombra… En muchos tónicos se indica la presencia de agua de rosas, pero en el INCI solo encuentras nombres que ‘huelen’ a laboratorio, alcohol y, como mucho, a algo denominado ‘parfum’ o perfume. Eso, con casi total seguridad, no es agua de rosas, sino un producto sintético creado con algún mínimo porcentaje de rosas en alguna parte del proceso.
Qué es el agua de rosas
El agua de rosas o hidrolato de rosas es un elemento que, curiosamente, no contiene agua, aunque ésta se utiliza para su obtención. Es el resultado de la destilación al vapor de agua de los pétalos de la rosa. En el mismo proceso de destilación obtenemos tanto el aceite esencial como el hidrolato de la misma planta. El aceite esencial es la sustancia concentrada obtenida de componentes liposolubles y volátiles, y el hidrolato es la sustancia extraída del vapor que provoca dicha destilación. Este acumula componentes hidrosolubles igualmente beneficiosos para la piel, ya que adquiere las propiedades de la planta de origen.
Esta ‘agua’ resultante del proceso antes se desechaba, pero con el tiempo se descubrió que preservaba las mismas propiedades de la planta que el aceite esencial, pero en una concentración mucho más baja. Eso es precisamente lo que hace que el hidrolato sea un producto perfecto para todo tipo de pieles, no como el aceite esencial que, al ser muy concentrado, puede resultar irritante para pieles muy sensibles.
Un poco de historia
Vimos hace poco en el blog el origen remoto de la rosa, prácticamente desconocido ya que está presente en la historia desde hace siglos. Los griegos y romanos ya la cultivaban, y cuenta la leyenda que Cleopatra ya usaba el agua de rosas, aunque quizá extraída con otros medios de obtención diferentes a la destilación.
El arte de destilar los pétalos de rosa fue introducido por los árabes en Occidente en el siglo X, y con el tiempo se fue extendiendo esta práctica hasta el día de hoy, cambiando poco el sistema de extracción si se sigue la destilación tradicional. La rosa más utilizada para este fin es la rosa damascena o rosa de Damasco, ya que es de esta ciudad siria de donde se cree que procede. Aunque, actualmente, la mayor cosecha de rosas y producción de agua de rosas se encuentra en Bulgaria, alrededor de un 60% de la producción mundial.
Un producto de gran valor a todos los niveles
En general, para conseguir una cierta cantidad de aceite esencial y, por tanto, de hidrolato, se necesita una cantidad mucho mayor de planta. En el caso de las rosas, se estima que se necesitan alrededor de 4.000 kilos de pétalos de rosas para obtener un litro de aceite esencial. De ahí que el precio del aceite esencial sea muy elevado, siendo más asequible el del hidrolato al estar menos concentrado y obtener más cantidad durante la destilación.
Pero no solo es costoso a nivel económico por la cantidad de materia prima usada, también es importante su calidad. La rosa damascena tiene uno de los aromas más preciados en perfumería, y esa característica se preserva gracias a su cuidadoso método de recolección. Se cosecha entre mitad de mayo y mitad de junio siempre a primera hora de la mañana, cuando las rosas aún están cubiertas de rocío y antes de que sus capullos se abran, recibiendo el menor sol posible. Es un sistema laborioso que aporta mayor valor al producto.
Para qué usar el hidrolato de rosas
El hidrolato de rosa damascena es un ingrediente muy apropiado para tratar la piel por su suavidad y sus muchos beneficios: antiinflamatoria, descongestionante, antiséptica, antibacteriana, emoliente, cicatrizante, regeneradora, con altos niveles de vitaminas y antioxidantes (C, E, K y carotenos) que luchan contra los radicales libres.
Es perfecta para tonificar el rostro, equilibrar el pH tras la limpieza pero, sobre todo, para hidratar sin alterar por muy delicada que sea la piel. Por eso es un ingrediente muy recurrente en lociones de limpieza y tónicos por ser idónea para todo tipo de pieles, ya que para cada una aporta la función que la piel necesita.
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Piel sensible, reactiva o con rosácea: no irrita, de acción vasoconstrictora que reduce el enrojecimiento cutáneo.
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Piel seca o madura: regenera la dermis y previene la aparición de líneas de expresión.
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Piel mixta o grasa: efecto astringente suave que ayuda a cerrar los poros, útil en el tratamiento y prevención del acné por su acción bactericida y reguladora del sebo.
En MATARRANIA encontramos el hidrolato de rosas en estos tres productos de limpieza facial:
Tónico suave de agua de rosas 100% BIO, que es 100% hidrolato de rosas.
Tónico regenerador piel madura 100% BIO, combinación de hidrolato de rosas con hidrolato de jara y una pequeña proporción de aceite de oliva y aceite de rosa mosqueta.
Loción limpiadora y desmaquillante 100% BIO, un bifásico mitad hidrolato de rosas y mitad combinación de aceites vegetales que ayudan a limpiar la piel en profundidad, además de tonificarla e hidratarla.