Cooperativas y grupos de consumo ¿quién es quién?
Cada vez somos más personas las que creemos que se puede empezar a construir un mundo mejor a través de la cesta de la compra. Ya no nos fijamos exclusivamente en la calidad o el precio de los productos que consumimos, también nos interesa saber qué valores tiene la empresa, cómo trata a sus trabajadores o qué hacen con sus residuos. Queremos transparencia y ética en nuestras cestas de la compra. La economía social, un término que ya venimos escuchando desde hace tiempo, nos da la oportunidad de consumir de manera consciente y justa. Gracias a que cada vez somos más las empresas y consumidores interesados en producir un mundo sostenible y solidario, es más fácil invertir nuestro dinero de una manera responsable. Existen múltiples alternativas, pero hoy nos centraremos en dos de las más comunes: las cooperativas y los grupos de consumo.
¿Qué es una cooperativa?
“La unión hace la fuerza”, bien podría ser este el lema de cualquier cooperativa. Hacia mediados de 1800, tras la revolución industrial, un grupo de artesanos decidieron unirse para suministrar sus productos de primera necesidad a los consumidores. Esta cooperativa primigenia denominada “La Sociedad de los Justos Pioneros de Rochdale” sentó las bases de lo que hoy conocemos como economía social. La cooperativa nace como una asociación entre productores, vendedores o consumidores para producir, comprar o vender de una manera más ventajosa para todos ellos. Sus tipologías son muy diferentes según la actividad que desarrollan, existen cooperativas de vivienda, educación, crédito, sanitarias, y las más conocidas agrarias y de consumo.
¿Cuáles son las características de una cooperativa?
Una cooperativa es una sociedad, aunque tiene unas características distintas a otros tipos de organizaciones empresariales más comunes como la Sociedad Anónima o la Sociedad Limitada. Veamos algunos de sus principales rasgos:
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Propiedad compartida. El capital pertenece a los trabajadores.
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Democráticas. A diferencia de una empresa privada, en las cooperativas no se crea un modelo organizativo jerarquizado. Se vota de manera democrática entre todos los socios. Un socio, un voto, sin diferenciar el capital aportado.
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Estatutos. Los derechos y obligaciones de los socios, así como su funcionamiento, debe ser redactado en los estatutos antes de conformar la cooperativa.
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Régimen fiscal. Las cooperativas tienen un régimen tributario especial atendiendo a sus características particulares.
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Sentimiento de pertenencia. Este sistema en el que todos los socios tienen el mismo estatus dentro de la empresa permite generar un sentimiento de pertenencia mucho más fuerte.
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Beneficio común. Los valores sobre los que se construye una cooperativa son la ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad.
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Eficiente y accesible. Una cooperativa trata de ser más eficiente en sus gastos y asegura suministros a todos sus miembros. La eliminación de intermediarios permite que el coste final de los productos sea mucho más bajo, haciéndolo más accesible al consumidor final.
Cooperativas vs. Grupos de consumo
Un grupo de consumo no es una empresa y no tiene obligaciones laborales, contables o fiscales. La cooperativa ya hemos visto que sí. La esencia viene a ser la misma, ya que ambas nacen del deseo de acceder a productos de proximidad comprados directamente al productor.
Los grupos de consumo reúnen a personas que quieren encontrar productos ecológicos y de proximidad con el plus de poder mantener relaciones personales con los productores y ejercer un consumo más responsable de productos menos industrializados.
Los grupos de consumo se organizan de manera autónoma, contactan con los productores locales que les interesan y llegan a acuerdos comerciales para hacer los pedidos semanales o mensuales. Se suele trabajar con productos frescos, aunque cada vez más los puedes encontrar de otros tipos. Trabajan directamente con distintos proveedores y construyen una red de consumo sostenible, sana, de proximidad y a un precio más asequible debido a la eliminación de los intermediarios.
¿Cómo formar parte de un grupo de consumo?
Si después de haber llegado hasta aquí quieres formar parte de esta economía social, pero no sabes por dónde empezar, te damos un consejo: las redes sociales son unas grandes aliadas. Busca, bucea y consulta, no solo en Google, también en Instagram y Facebook. La economía se ha democratizado, pero la información también. Muchas de estos grupos y cooperativas tienen sus propias páginas dónde cuelgan información, iniciativas, los tipos de productores con los que trabajan y cuáles son sus valores.
Por ejemplo, A Vecinal, es un supermercado cooperativo situado en Zaragoza que defiende la sostenibilidad económica, social, medioambiental y humana. Cualquiera puede hacer la compra en el supermercado, pero si quieres dar un paso más también te puedes hacer socio aportando un capital social inicial de 150€.
En su página web puedes encontrar el listado de productores con los que trabajan, ahí nos encontrarás. Desde MATARRANIA compartimos los valores de la economía social y nos preocupamos por seguir construyendo un mundo más justo y sostenible. En el caso de que en tu zona todavía no se hayan creado grupos de consumo o los que hay no te convencen, puedes crear uno propio. Es mucho más fácil de lo que crees, tan solo se trata de buscar a personas con los mismos intereses que tú y empezar a recopilar a tus productores favoritos. Además, existen multitud de plataformas y grupos ya creados que estarán encantados de echarte una mano. ¡Entre todos construiremos un mundo mejor!