Cómo reducir el uso de plástico
Uno de los grandes problemas ambientales que tenemos actualmente es la gran cantidad de basura plástica que hemos generado en las últimas décadas. El consumismo y la cultura de usar y tirar han originado toneladas de plástico que se desecha a diario y que podría evitarse completamente. Las frutas y verduras no necesitan bandejas ni envoltorios plásticos; para beber agua podemos utilizar botellas de acero, aluminio o cristal; los productos, sean como sean, van más protegidos y mejor conservados en vidrio; para transportar la compra podemos usar bolsas de papel o tela…
Nos parece muy interesante este informe de investigación que conocimos gracias a la revista Vice. Recomendamos dedicarle unos minutos de lectura para descubrir la presencia plástica en nuestro día a día en elementos que ni siquiera imaginábamos, como la ropa, alimentos, el agua del grifo o el mismo aire que respiramos. Además categoriza muy detalladamente los tipos de plástico y su impacto, y trata cuestiones muy interesantes sobre nuevos materiales y nuevos planteamientos.
Por qué prescindir del plástico
No es una tendencia, es una necesidad. El planeta acumula millones de toneladas de plástico, y el 91% no es reciclable, por lo que permanecerá en él durante años, contaminando suelos y océanos al reducirse a mínimas partículas que lo invaden todo, incluido nuestro organismo, como hablamos hace un tiempo en el post dedicado a los microplásticos.
El plástico ha cambiado nuestras vidas por completo, comenzando su presentación como un material duradero, resistente, polivalente, moldeable y, sobre todo, muy rentable. Y no es cuestión de demonizar al plástico por serlo, ya que hay muchas circunstancias en que no es viable su eliminación (en medicina, por ejemplo). Pero sí es primordial controlar su fabricación y consumo cuando no es necesario, y ahí entramos como consumidores para decidir si con nuestras compras apoyamos o no esta necesidad de reducción plástica.
Concepto Zero waste
El movimiento zero waste, residuo cero o sin residuos plantea una forma de vida que no genere residuos o, al menos, que estos se minimicen al máximo. Sus opciones de consumo no incluyen, por tanto, elementos plásticos que permanezcan inalterables en la tierra, y generalmente practican el compostaje para eliminar sus desechos biodegradables.
Como comentábamos, es difícil en determinadas situaciones eliminar radicalmente el plástico de nuestras vidas, pero sí es mucho más fácil de lo que creemos tomar pequeñas medidas que vayan reduciendo su presencia en nuestras rutinas y, sobre todo, en nuestras conciencias. Llevar una vida 100% zero waste es complicado, sobre todo de inicio, pero es algo que se puede ir trabajando poco a poco.
“No es más sostenible tirar todo el plástico que hoy tenemos en casa para comprar sustitutos en otros materiales. Lo sostenible siempre será utilizar las cosas ya existentes si todavía pueden prestar su función, y cuando llegue el momento de sustituirlas hacerlo escogiendo otros materiales menos contaminantes"
Consejos para reducir nuestro uso del plástico
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Lo primero de todo, reduce tu consumo. Piensa realmente si es necesaria cada cosa que compras, sobre todo si está hecha con plástico.
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Comienza la sustitución del plástico poco a poco, por sectores. Quizá te resulte más fácil comenzar con la alimentación, con la limpieza del hogar o con la cosmética.
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Si necesitas comprar algo de plástico, plantéate hacerlo de segunda mano, si el caso lo permite. De esta manera no estás fomentando la fabricación de nuevo plástico, sino reutilizando uno ya existente.
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Marca el que no lleve plástico como un criterio importante a la hora de seleccionar tus productos, ya sean alimentos como cosméticos o productos de limpieza.
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Analiza bien los INCI de los productos de cosmética y limpieza para descartar aquellos que incorporen micropartículas plásticas.
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Compra a granel siempre que puedas, ya que hoy día disponemos de gran oferta de productos a granel: alimentos, papel higiénico, detergentes...
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Utiliza bolsas de tela para transportar las compras o para comprar a granel.
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Haz tus compras a granel portando tus propios recipientes.
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Si necesitas vajillas y elementos de usar y tirar, primero piensa si realmente es inviable usar tu vajilla de cristal habitual y, si no es posible, recurre a opciones en papel o en materiales biodegradables.
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Plantéate cómo hacer tu menstruación más sostenible, buscando compresas o tampones biodegradables, de tela o probando la copa menstrual.
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Prescinde de pajitas, chicles y bastoncillos si es posible, o en su defecto recurre a opciones que no lleven plástico.
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Apuesta por las cerillas o por mecheros de metal rellenables en lugar de por mecheros de plástico. Los vertederos están llenos de estos.
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Sustituye el film transparente y el aluminio por telas enceradas o elementos de silicona, cada vez más presentes en el mercado.
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Invierte en unas cápsulas de café rellenables. A la larga son mucho más rentables, por supuesto más ecológicas y, sobre todo, te permite seleccionar qué café quieres usar.
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En general, ante la compra de productos que pueden ser de media o larga duración, plantea si merece la pena comprar uno de plástico por ser más barato (y que tendrás que renovar más a menudo) o uno de otro material. Puede ser el caso de cuchillas de afeitar, jaboneras, tuppers, jarras, botellas de agua, juguetes…
Referencias:
- Revista Vice - “Los españoles que viven sin producir basura: así es ser 'zero waste'”
- Libro y web de Patricia y Fernando - 'Vivir sin plástico'
- Artículo 'Plásticos', de Greenpeace