Cocina sin plástico: cómo hacer pequeños cambios
Si tu propósito es llevar una vida sostenible, habrás llegado en algún momento al encontronazo con los plásticos. El plástico es un material muy resistente y muy barato de producir, y por ello desde hace unas décadas se ha convertido en la super estrella del consumo, estando presente en casi todo lo que tenemos alrededor. Pero tiene dos pegas importantísimas: el plástico es perjudicial para el medio ambiente y también para la salud. Y nuestras cocinas están plagados de plásticos.
Cocina sin plásticos: una cocina segura y sostenible
El enfoque más común ante el rechazo al plástico parte de su efecto sobre el medio ambiente. Al ser tan resistente no es fácil de eliminar ni de reciclar, por lo que nos encontramos con una ingente cantidad de basura plástica ya acumulada en vertederos y océanos.
Pero también hay que tener en cuenta sus efectos sobre la salud, dado que muchos de esos plásticos están en contacto directo con los alimentos que ingerimos. Al igual que el aluminio, el plástico parece no ser un material inerte y desprende sustancias que pueden resultar tóxicas sobre el organismo. Hablamos de disruptores endocrinos, sustancias cancerígenas y enfermedades degenerativas, como explica en este vídeo el Dr. Nicolás Olea, Catedrático de Medicina y Científico del Hospital San Cecilio de Granada.
Si te preocupas de llevar una alimentación sana libre de pesticidas y herbicidas, conviene también analizar los materiales que entran en contacto con los alimentos, ya que estos pueden desprender tóxicos perjudiciales para la salud.
Otros materiales alternativos al plástico
Nos encontramos el plástico en casi todos los rincones de nuestra cocina, y es posible sustituirlo por materiales más seguros, casi siempre de más calidad y además respetuosos con el medio ambiente: silicona, acero inoxidable, madera, bambú, telas de algodón, almidón vegetal, bioplásticos, papel, cartón…
El cambio debe ser paulatino, dado que es costoso y poco sostenible efectuar un reemplazo total. Prima, como siempre, el sistema de las tres R: Reduce, Reutiliza, Recicla. A lo que en esta ocasión le vamos a sumar dos R más, para gestionar mejor el cambio: Revisa y Reemplaza.
Ideas para reemplazar el plástico en la cocina
El primer paso es revisar y analizar todos los elementos plásticos que nos encontremos en la cocina, y plantear si podemos sustituirlos por otros materiales, aunque no sea de forma inmediata. Puedes planificar el cambio por fases, a corto, medio o largo plazo, según preveas su sustitución. Sería ideal poder dejar que el producto se acabe o se deteriore antes de ser sustituido, en muchos de los casos que mencionamos es viable:
- Alimentos a granel o sin envoltorios plásticos. Volver de la compra supone a veces llenar ya una bolsa de basura de envoltorios, bolsas y envases plásticos para alimentos que podríamos comprar a granel, como frutas, verduras, carne, pescado, cereales, legumbres, harinas, especias, infusiones...
- Bolsas de tela para ir a la compra, tanto para los alimentos a granel como para el conjunto de la compra. Además, las bolsas de algodón son perfectas para conservar la mayoría de frutas y verduras en la nevera, manteniendo por más tiempo su frescura.
- Recipientes de vidrio para conservar, refrigerar, cocinar, calentar y portar los alimentos. Es muy práctico reutilizar los botes de las conservas para este fin, utilizándolos incluso como tuppers (ensaladas verticales o recetas de cuchara que, con el cierre a rosca, no se vierten). En algunos casos, también se pueden usar recipientes de acero inoxidable, como para portar la comida.
- Botellas de acero inoxidable, cristal o titanio, tanto para servir el agua en la mesa como para portar fuera de casa. En caso de estar en una zona en la que el agua no es muy saludable o gustosa, se puede usar algún sistema de filtrado para evitar en todo caso el agua embotellada.
- Papeles y telas enceradas, tapas de silicona y fundas de tela para sustituir al papel aluminio y al film transparente. Hay diferentes opciones para todos los gustos, así como la opción tradicional de usar un trapo de algodón con una goma para tapar el bol con comida o envolver la cebolla a medias. Sobre las telas enceradas, os damos un tip muy interesante: al final de su vida útil, puedes usarlas como iniciadores de fuego para chimeneas, cortadas a tiras.
- Bolsas de silicona reutilizables, que suelen venir con cierre hermético, perfectas para conservar, portar, congelar e incluso cocinar con ellas según el modelo.
- El papel de cocina a veces contiene blanqueantes y procede de maderas no sostenibles, además de ser un producto de un solo uso. Se puede sustituir por papel de bambú, que es reutilizable y además puedes usarlo como trapo cuando ya no cumpla su función absorbente.
- Esponjas vegetales y cepillo natural en lugar de estropajo. La lufa en concreto es muy práctica y funcional, y fácil de cultivar en casa, si tienes jardín.
- Detergente a granel o en envases biodegradables. También puedes usar el jabón en pastilla o hacer tu propio gel líquido a partir de las pastillas sólidas tradicionales.
- Bolsas de basura elaboradas con materiales reciclados, reciclables o biodegradables. Y, sobre todo al principio de la transición, seguro que contarás con un poco de stock de bolsas de supermercado y tiendas, ve tirando de ellas para reutilizarlas.
- Contenedor para compostaje. Si estás en un proceso muy avanzado de reciclaje, igual es el momento de incorporar un sistema de compostaje que te ayude a aprovechar tus residuos y a generar un suculento abono para tus plantas.
- Utensilios de cocina de madera, acero, silicona, barro o mimbre, como fuentes, ensaladeras, pinzas, espumaderas, cucharones, cestos, servilleteros, aceiteras, saleros…
- Ollas y sartenes de barro, acero inoxidable o hierro fundido, ya que el revestimiento antiadherente es en realidad un tipo de plástico, y es una de las principales fuentes de tóxicos traspasados a los alimentos.
- Si te gusta el café en cápsulas, hazte con un kit de cápsulas de acero rellenables. Si no, vuelve al método tradicional de cafetera italiana, de émbolo o de goteo con filtros de tela.
- Vajilla desechable de cartón, bambú u otros elementos biodegradables, así como pajitas de acero inoxidable o bambú.
- Vajilla para niños, y por tanto irrompible, puedes buscarla de bambú, acero o incluso madera.
- Hazlo tú mismo. Hay muchos alimentos fáciles de elaborar en casa y que, al no comprar en tienda, suponen un ahorro plástico por los envases o por los envoltorios que llevan normalmente. Por ejemplo los yogures, kefir, mermeladas, humus, galletas, pan…